A 30 años de la trágica aventura militar de 1982 que movilizó a casi todos los sectores de la sociedad argentina, debemos colocarla al tope de nuestras prioridades y agenda política, no por ser una solución para los grandes problemas políticos, sociales y económicos que nos aquejan sino por ser una reivindicación de un derecho que sufrió el avasallamiento por parte del Reino Unido y las políticas internacionales durante más de un siglo.
Su "recuperación" no solo versa sobre un asunto de derecho territorial sino que resulta ser una cuestión de identidad, y una herida latente en el pueblo argentino que vio como se derramaba la sangre de sus hijos y familiares cercanos en una guerra que buscaba desviar la atención y ocultar los desmanes de los dirigentes de una dictadura que solo quería mantenerse a toda costa en el poder.
Pasadas tres décadas desde el inicio de las hostilidades que culminaron un 14 de Junio de 1982 tras una serie de hechos concadenados que trajeron aparejados la muerte de 649 argentinos y la rendición forzada de
En otro orden de cosas, no podemos dejar de expresar también en esta fecha, nuestro repudio a la decisión efectuada por Gran Bretaña de enviar uno de sus más sofisticados barcos de guerra a las Islas Malvinas, lo cual constituye una provocación innecesaria y un alarde violento de fuerzas, que pone de manifiesto sus ilegitimas e ilegales prácticas colonialistas e imperialistas.
Hoy más que nunca, es deber de todo el pueblo argentino reafirmar los imprescriptibles derechos de soberanía de
No hay comentarios:
Publicar un comentario